Descripción
En 1990 María Teresa Hincapié (Armenia, 1954 – Bogotá, 2008) recibe el primer premio del Salón Nacional de Artistas, la más alta distinción para las artes visuales en Colombia. Con este reconocimiento, se daba la aprobación por primera vez en veinte años a una práctica del arte no objetual. La artista emprende entonces un camino de creación propia: el teatro seguirá siendo un lugar de enunciación y una referencia, pero su espacio pasará a ser el acogido por las artes visuales.
Si este fuera un principio de infinito ha sido la primera exposición dedicada a María Teresa Hincapié, cuya obra se centro en lo que podríamos llamar la poética de lo doméstico, en la que transformaba acciones rutinarias en actos simbólicos. Tenía una particular definición de lo performativo que solía llamar “entrenamiento” y su práctica artística se resistía a cualquier categorización especifica, oscilando entre la vida, la creación en movimiento y la búsqueda de lo sagrado.